¿Qué son las inversiones en servicios públicos inclusivos y cómo funcionan?
Imagine que su compañía eléctrica le dice que quiere invertir en tecnología punta para su hogar.
Sin contraer deudas, sin comprobaciones de crédito, sin importar si eres inquilino ni si piensas mudarte pronto.
¿Su obligación? Pagar una tarifa mensual que no supere el ahorro en costes energéticos que le proporcionen las nuevas medidas.
La tarifa, vinculada a tu contador eléctrico, se extendería durante el tiempo necesario para que la empresa recuperara su inversión y, si te mudas, simplemente se transferiría al siguiente ocupante. Se trata de Inversiones Inclusivas en Servicios Públicos (IUI, por sus siglas en inglés, o a veces denominadas financiación con cargo a la factura/TOB).
A diferencia de la financiación tradicional con cargo a la factura, en la que una empresa de servicios públicos concede un préstamo al propietario, lo que requiere un historial crediticio adecuado, disposición a endeudarse, etc., la IUI desvincula las mejoras de capital del residente o la empresa.
Se trata de un mecanismo de financiación que permite modernizar las propiedades con medidas que reducen los costes de funcionamiento y mejoran el confort, la salud y la huella medioambiental del edificio, todo ello con una inversión de capital inicial escasa o nula por parte del contribuyente.